Cristina Ruiz

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 Cristina Ruiz

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   Cristina Ruiz

  15 Jul 2017, 00:06

  y... como decía Shakespeare, °se honesto contigo mismo y jamas podrás mentirle a los demás °

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   Cristina Ruiz

  15 Jul 2017, 00:03

  Tratando de salir del ostracismo, me dirijo a ustedes, con el objeto de compartir mi experiencia, pero espero, debo confesar, que, a cambio, me regalen un poco de la suya... y que con el intercambio todos podamos crecer.
  Años, (23), han pasado desde que tomé la determinación de dejar mi ciudad natal y partir atrás de un hombre…"mi chico” …que puedo decirle: NO ME IMITE. Si su relación tambalea, lo último que debe hacer es emigrar con ella. En fin, al quinto año nos separamos.

  Él fue mi mejor amigo 14 largos años, siempre lo querré de alguna forma.

  Uno cree saber por qué se va... siempre hay una explicación para ello, uno la cree y el resto no tienen por qué dudarlo, de acuerdo o no, saben que lo que uno dice es cierto, o al menos que es lo que creemos cierto.

  El tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos y ciertamente más sabios... Llega un día que no podemos mentirnos más y reconocemos que ese viejo relato de ¿Por qué me fui?... Solo era el relato de la escusa y podemos asumir que hemos huido, de nosotros mismos, de nuestros fantasmas, de las relaciones familiares insatisfactoria, de las dependencias y quien sabe de cuantas cosas más.

  Cambiar de contexto, pareciera que va a garantizar nuestros propios cambios... pero no.… esencialmente, somos lo que somos aquí y en la quebrada del ají.

  ¡Nos entusiasmamos con las nuevas posibilidades, nos comprometemos, nos desarrollamos, hasta triunfamos!!!!... pero no es suficiente.

  Pasaron tantas cosas... Recuerdo los dos primeros años como un largo viaje vacacional, el tercero muy fuerte... había que integrarse definitivamente. Quise mimetizarme con el paisaje. dejar de ser:"extranjera", como me gritaron en tono de insulto, una vez. Pero…como describió un amigo ecologista, esto no es posible. Las plantas exóticas, lo son porque han sido trasplantadas en otros parajes, y pueden echar raíces, crecer y hasta dar frutos, pero jamás formarán parte del ecosistema, siempre serán extranjeras.

  En esos años, principalmente por escases de recursos, no regresé, al cuarto lo hice. En lo que consideraba "Mi Casa", tampoco me reconocían, hablaba diferente, también me preguntaban de donde era.... De terror.... desde ese momento lo supe: NO Pertenecía ya a ninguna parte.

  Uno es testarudo e insiste... primero año tras año, luego cada 6 meses, luego cada 3 meses... quiere a toda costa recuperar las raíces... pero no....solo consigue desarraigarse más. Por otro lado, los que se quedaron, tienen su vida y uno no está en ella... Intentas arrastrar a alguno en tu aventura, algunos lo estudian, otros lo efectivizan.

  Los últimos años y gracias al Messenger, uno puedo recuperar algunos vínculos, pero solo eso…algunos.

  El No Pertenecer... me ha perseguido toda la vida... es mi signo... Nací en una familia itinerante. Personalmente me he cambiado de casa 28 veces y de grupo de convivencia mas 10 veces. No tengo barrio, ni grupo de pertenencia.

  Si bien he recibido una formación católica, me declaro agnóstica, no tengo iglesia, no creo en ninguna de ellas, aunque si tengo fe, fe en la gente, fe en la capacidad que tienen los grupos humanos de encontrara su propio equilibrio, pero esta fe no me deja menos sola.

  He sido siembre una persona muy sociable, pero bastante solitaria. Creía que me gustaba estar sola, hasta lo reivindicaba como un derecho. Pero hoy, no puedo elegir y no me gusta más. Les aseguro, que cualquier aguante. es mejor, que estar solo y sin remedio.

  Un día, de esos en los que uno no sabe si va o viene, si sigue o regresa, pensé. ¡Los que emigramos cagamos!... y si, es así, ya no parece que nadie nos necesita y no tenemos derecho a reclamar... nosotros los dejamos primero…

  Por más que pasen los años en tu nuevo país de residencia, diariamente te preguntará... ¿De dónde es? .... y cuando regresas al de origen... ¿Por que hablas así?

  Por más esfuerzos para adaptarte que realices, hay cosas a las que jamás te acostumbrarás.

  Si alguna vez emigraste... lo sabrás.

  Los 6 primeros meses, parecen de año sabático... uno cree que está de vacaciones, turistea, todo te despierta interés. Estas dispuesto a descubrirlo todo.

  Luego, ya trabajando desde hace meses, comienzas a cansarte de ser "la de allá"...empiezas a hacer todos los esfuerzos posibles, porque no se note de dónde eres, de que este no sea un tema de conversación, cambias tu vocabulario, la entonación, el idioma.... aunque vengas de un país, en el que supuestamente se habla el mismo idioma.... no es verdad, cada país tiene el suyo propio y hay que aprenderlo.

  Al cabo del primer año, estas convencida de que esto no va a funcionar.... no logras establecer una relación profunda con nadie... no los entiendes, ni te entienden, no se ríen de tus chistes y por supuesto jamás podes reír de los de ellos........ ¿Se podrá vivir sin reírse?... te preguntas horrorizada.
  La respuesta es lógicamente: NO, y por tanto sacas a relucir todo el positivismo que tienes y vives, tratando de disfrutar lo que la vida te pone en el camino, tratas de aprender de cada cosa, de cada persona y creces y hasta puedes pasarla bien, encuentras algunos entretenimientos o te haces adicta al trabajo… lo que en mi caso no fue difícil… ame mi trabajo apasionadamente. Y puse mi vida a su disposición, realmente lo disfruté, he sido la experiencia más enriquecedora de mi vida y de muchas formas me ha definido.

  Asumido que fue, el hecho de no ser de aquí, ni de allá, te convierte en un ser del mundo y si dejas de pelear con ello, también tiene su recompensa, aprendes a vivir el presente, tomando lo que la vida te da y tratas de descubrir por qué estás en ese lugar, y aprendes a disfrutar la experiencia con serenidad.

  Compartes con gente de diferentes raleas... todos tan raros como tú, Haces algunos amigos, la mayoría extranjeros, a los que les parece que la sal no sala y que el azúcar es demasiado dulce y mueren por un buen plato de sus tierras.

  Tienes algunas aventuras... nada trascendente…Viajas todo lo posible sientes LIBRE y disfrutas de ello.

  Pasaron 17 años de auto exilio, hacía mucho que buscaba la manera de regresar, garantizando el sustento, pero pasados los 50, no es fácil. Finalmente, la naturaleza hizo lo suyo, la tierra se expresó con una furia temible, y me dejo con lo puesto…Me di cuenta que los planes no funcionan, el futuro no existe y ya sin ataduras materiales, decidí regresar.

  Esta fue otra gran jugada, como tirarse de un avión si paracaídas, esperando que las fuerzas del universo, se organicen para recibirte, ¡sin daños… Sorpresa!!! caes sin red y te estrellas contra otra terrible realidad y tan sola como habías estado los últimos 18 años
  Tardas mucho en recuperarte del golpe... te das cuenta que has podido juntar todas las partes, pero estas ya no encajan como lo hacían originalmente. Aprendes a remar en aguas torrentosas y sigues avanzando.
  ¡Que lo pario!! 23 años en 3 páginas… les aseguro que han sido intensos y los he vivido con toda generosidad y no les faltaron detalles… Tratare de contarles algunos EN OTRO MOMENTO
  Últimamente he reflexionado en el hecho de que depósito y deposite siempre mi soledad en el afuera y que tal vez deba cambiar algunas de mis pautas conductuales para tener vínculos más satisfactorios… estoy en eso. quizás hay que comenzar por uno y hoy con tantos recursos al servicio de la comunicación, tal vez sea lo menos importante a donde vivas

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   Cristina Ruiz

  15 Jul 2017, 00:02

  Si realmente queremos Vivir no alcanza con saber protegerse de la tormenta, es necesario aprender a bailar bajo la lluvia